Entendí que entre tus planes no está quererme
que en tu agenda del día no está hacerme feliz
Comprendí que cada día que me acompañas es
un día que le debo yo a tu libertad.
Acepte que tu dicha no soy yo, que tu felicidad
no lleva mi nombre.
Grite!, mil veces grite intentando reclamarle a la
vida... a tu Dios, al mío. Pero mil veces me respondió
el eco de la nostalgia fallida.
Susurré tu nombre, quise tenerte cerca, realmente cerca
para intentar atraparte solo por un segundo, como siempre
soñé.
Recordé tu risa, tu voz, tus días... me vi allí, tan simple
como el recuerdo que tienes sobre mi.... me fije bien y
vi detrás tuyo mi anhelo buscandote siempre.
Ahora me veo lejos... como dice la canción ni contigo
ni sin ti ... repasando todo aquello que un día
sin querer creaste en mi.
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