viernes, 3 de agosto de 2012

la fuerza del ser

Dejo su cama vieja, tomo fuerza, se lleno de valor, de valentía, suspiro lentamente como si en esa exhalación apartara de el todos los temores intentando retroceder el tiempo, aniquilar viejos errores, aboliendo suspiros que se quedaron atrapados en algún momento de su vida.
La recordó a ella, tan frágil como el en ese momento, se le escurrieron un par de lagrimas, luego recordó que ella siempre le había dicho como en una especie de exigencia "Cada vez que te sirva, toma mi recuerdo y guárdalo en lo más profundo de tu alma, toma fuerzas de mi imagen, toma las fuerzas de mi porque yo siempre te estaré acompañando"...
Y como en una especie de maquina del tiempo volvió a sus brazos, a ese enternecedor abrazo, el único que le deba tanta seguridad a sus 54 años... allí la vio nuevamente y no tuvo la necesidad de decirle nada, solo la llamo mamá.

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