miércoles, 4 de agosto de 2010

Explosión Vainilla


El deseo me resbala por la nariz
y gota a gota se condensa hacía
mi alma, tocandome liviana
los surcos del anhelo.
Tu sombra está en mi y
parece hacer parte de esta 
alegria inmensa, 
tus dedos tocan mis 
quimeras,
mi cuerpo pierde lo estatico
y tu te vuelves la genesis
perfecta, intocable  e inombrable
de esta explosión.

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